Lee con atención el siguiente texto:
LA VIRGEN DE FÁTIMA
En
preparación para las apariciones de Nuestra Señora, un ángel quien se
identificó como el Ángel de Portugal, le habló en primer lugar a los niños
diciéndoles: "No teman. Yo soy el ángel de la Paz. Recen conmigo".
Luego él
se arrodilló, doblándose hasta tocar el suelo con su frente y rezó: "Dios
mío, yo creo, yo adoro y yo te amo!, te pido perdón por aquellos que no creen,
no adoran, no confían y no te aman!" Él dijo esta oración tres veces.
Cuando se paró, les dijo a los niños "Recen así. Los corazones de Jesús y
María están atento a la voz de sus suplicaciones" El dejó los niños
quienes empezaron a decir esta oración frecuentemente.
Las
apariciones del Ángel de Portugal (1916)
En la
Portugal rural del 1917 no es inusual el ver a los niños llevando a sus rebaños
a pastorear. Esto es lo que los niños de la familia Marto y Santos, todos
primos, hacían en estos días. Casi siempre eran Lucía Santos, Francisco Marto y
su hermana Jacinta, los que con gusto tomaban esta responsabilidad agradecidos
por el chance de estar al aire libre y de jugar mientras las ovejas pastoreaban
en silencio. Ellos llevaban a pequeños grupos de ovejas a pastorear en parcelas
pertenecientes a sus padres en diferentes partes de la sierra, el altiplano en
el que se encontraba el pueblito de Fátima (donde la Iglesia parroquial se
encontraba) y Aljustrel (donde vivían los niños). Dos miradores favoritos eran
las colinas que miraban a Aljustrel, cerca de un campo llamado Loca do Cabeco
(Lugar de la Cabeza) y la Cova da Iria (Enseñada de Irene) a un distancia de
Fátima. En estos lugares ocurrieron las apariciones que cambiarían el curso de
la vida de estos niños y de la historia del siglo 20.
Apariciones
de la Santísima Virgen María (1917)
Casi 8
meses pasaron desde la última aparición del Ángel. Lucía, Francisco y Jacinta
continuaron a obrar lo que el ángel les había enseñado, orando y ofreciendo
sacrificios al Señor. Lucía tenía ahora 10 años, Francisco nueve en Junio y
Jacinta acababa de cumplir siete en marzo cuando el 13 de mayo de 1917,
decidieron de llevar sus ovejas en unas colinas que pertenecían al padre de
Lucía conocidas como Cova da Iria, o Ensenada de Irene. Fue ahí, solo con una
excepción, donde la Santísima Virgen bajo el nombre de Nuestra Señora del
Rosario se les apareció en seis ocasiones en 1917, y una novena vez en 1920
(sólo a Lucía).
Tan
importante como el lugar y el momento era la situación a nivel mundial. En esos
momentos la Primera Guerra Mundial hacía estragos en Europa, conduciendo a la
humanidad a la forma más salvaje de guerra vista hasta el día de hoy. En la
lejanía de Moscú, Lenin preparaba la revolución que volcó el orden social Ruso
en Noviembre de 1917 y en la que se sumergió eventualmente casi la mitad de los
habitantes de esta tierra. Fue en este contexto en el que el cielo intercede
por la tierra para proveer el antídoto para los males morales y sociales del
mundo – el mensaje de Fátima.
Aparición del 13 de mayo de 1917
Llevando
a su rebaño fuera de Aljustrel en la mañana del 13 de mayo, la fiesta de
Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, los tres niños pasaron Fátima, donde
se encontraban la parroquia y el cementerio, y procedieron más o menos un
kilómetro hacia el norte a las pendientes de Cova. Aquí dejaron que sus ovejas
pastorearan mientras ellos jugaban en la pradera que llevaba uno que otro árbol
de roble. Después de haber tomado su almuerzo alrededor del mediodía decidieron
rezar el rosario, aunque de una manera un poco truncada, diciendo sólo las
primeras palabras de cada oración. Al instante, ellos fueron sobresaltados por
lo que después describieron como un "rayo en medio de un cielo azul".
Pensando que una tormenta se acercaba se debatían si debían tomar las ovejas e
irse a casa. Preparándose para hacerlo fueron nuevamente sorprendidos por una
luz extraña.
Comenzamos
a ir cuesta abajo llevando a las ovejas hacia el camino. Cuando estábamos en la
mitad de la cuesta, cerca de un árbol de roble (el gran árbol que hoy en día
está rodeado de una reja de hierro), vimos otro rayo, y después de da unos
cuantos pasos más vimos en un árbol de roble (uno más pequeño más abajo en la
colina) a una señora vestida de blanco, que brillaba más fuerte que el sol,
irradiando unos rallos de luz clara e intensa, como una copa de cristal llena
de pura agua cuando el sol radiante pasa por ella. Nos detuvimos asombrados por
la aparición. Estábamos tan cerca que quedamos en la luz que la rodeaba, o que
ella irradiaba, casi a un metro y medio.
Por
favor no teman, no les voy a hacer daño
Lucía
respondió por parte de los tres, como lo hizo durante todas las apariciones
¿De
dónde eres?
Yo
vengo del cielo.
La
Señora vestía con un manto puramente blanco, con un borde de oro que caía hasta
sus pies. En sus manos llevaba las cuentas del rosario que parecían estrellas,
con un crucifijo que era la gema más radiante de todas. Quieta, Lucía no tenía
miedo. La presencia de la Señora le producía solo felicidad y un gozo confiado.
"¿Qué
quieres de mí?"
Quiero
que regreses aquí los días trece de cada mes por los próximos seis meses a la
misma hora. Lugo te diré quién soy, y qué es lo que más deseo. I volveré aquí
una séptima vez.
"
¿Y yo iré al cielo?"
Sí, tú
irás al cielo.
"
¿Y Jacinta?"
Ella
también irá
"¿Y
Francisco?"
El
también, amor mío, pero primero debe decir muchos Rosarios
La
Señora miró a Francisco con compasión por unos minutos, matizado con una
pequeña tristeza. Lucía después se recordó de algunos amigos que habían
fallecido.
"¿Y
María Neves está en el cielo?
Si,
ella está en el cielo
"¿y
Amelia?"
Ella
está en el purgatorio.
Se
ofrecerán a Dios y tomarán todos los sufrimientos que Él les envíe?
¿En
reparación por todos los pecados que Le ofenden y por la conversión de los
pecadores?
"Oh
Sí, lo haremos"
Tendrán
que sufrir mucho, pero la gracia de Dios estará con ustedes y los fortalecerá.
Lucía
relata que mientras la Señora pronunciaba estas palabras, abría sus manos, y
Fuimos
bañados por una luz celestial que parecía venir directamente de sus manos. La
realidad de esta luz penetró nuestros corazones y nuestras almas, y sabíamos
que de alguna forma esta luz era Dios, y podíamos vernos abrazada por ella. Por
un impulso interior de gracias caímos de rodillas, repitiendo en nuestros
corazones: "Oh Santísima Trinidad, te adoramos. Mi Dios, mi Dios,
te amo en el Santísimo Sacramento"
Los
niños permanecían de rodillas en el torrente de esta luz maravillosa, hasta que
la Señora habló de nuevo, mencionando la guerra en Europa, de la que tenían
poca ninguna noción.
Digan
el Rosario todos los días, para traer la paz al mundo y el final de la guerra.
Después
de esto ella se comenzó a elevar lentamente hacia el este, hasta que
desapareció en la inmensa distancia. La luz que la rodeaba parecía que se adentraba
entre las estrellas, es por eso que a veces decíamos que vimos a los cielos
abrirse.
Los
días siguientes fueron llenos de entusiasmo, aunque ellos no pretendían que
fueran así. Lucía había prevenido a los otros de mantener a su visita en
secreto, sabiendo correctamente las dificultades que ellos experimentarían si
los eventos se sabrían. Sin embargo la felicidad de Jacinta no pudo ser
contenida, cuando prontamente se olvidó de su promesa y se lo reveló todo a su
madre, quien la escuchó pacientemente pero le dio poca credibilidad a los
hechos. Sus hermanos y hermanas se metían con sus preguntas y chistes. Entre
los interrogadores solo su padre, "Ti" Marto estuvo inclinado a
aceptar la historia como verdad. El creía en la honestidad de sus hijos, y
tenía una simple apreciación de las obras de Dios, de manera que él se
convirtió en el primer creyente de las apariciones de Fátima.
La
madre de Lucía, por otro lado, cuando finalmente escuchó lo que había ocurrido,
creyó que su propia hija era la instigadora de un fraude, sino una blasfemia.
Lucía comprendió rápidamente lo que la Señora quería decir cuando dijo que
ellos sufrirían mucho. María Rosa no pudo hacer que Lucía se retractara, aún
bajo amenazas. Finalmente la llevó a la fuerza donde el párroco, el padre
Ferreira, sin tener éxito. Por otro lado, el padre de Lucía, quien no era muy
religioso, estaba prácticamente indiferente, atribuyendo todo a los caprichos
de mujeres. Las próximas semanas, mientras los niños esperaban su próxima
visita de la Señora en Junio, les revelaron que tenían pocos creyentes, y
muchos en contra en Aljustrel y Fátima.
Completa el siguiente organizador visual.
Completa el siguiente organizador visual.
Contesta la siguientes preguntas:
1. ¿Cómo se llamaba el ángel que se apareció primero a los niños?
2. ¿Qué decía la oración que el ángel enseñó a los niños?
3. ¿Dónde vivían los niños?
4. ¿Cuáles eran sus miradores favoritos?
5. ¿De qué siglo data esta presentación de la Virgen a los niños?
6. ¿Cómo se llamaban los niños?
7. Realiza un dibujo de Nuestra Señora con las características que aparecen en la lectura.
8. ¿Qué quería la Virgen de los niños?
9. Imprime y completa las siguientes fichas.
10. Desarrolla la siguiente sopa de letras
11. Colorea y averigua las preguntas que ahí aparecen
me gusto mucho como guía para los niños de esta forma reflexionamos a cerca de las acciones que están bien, y logramos rezar el rosario en familia
ResponderEliminarExcelente trabajo
ResponderEliminarkdkdkd
ResponderEliminar